¿Qué es el copywriting? La forma más antigua de seguir vendiendo pero en Internet
Ya sabrás que leer es despertar tu imaginación porque las palabras se convierten en tu cabeza en una imagen nítida, es como ver fotos a través de las palabras y sentir que esas palabras te envuelven.
Es como si masajearan tu cerebro.
Eso es lo que yo especialmente siento cuando leo novelas, poemas o incluso cuando leo opiniones de políticos de extrema derecha, pero en vez de masajearme el cerebro, me tensionan las neuronas.
Lo importante en relación con el copywriting es que consiste en una disciplina que también busca generar imágenes y suscitar emociones en las cabezas de tus clientes potenciales, esos que llegan a tu página web y deciden leerte.
Así que el copywriting es esa primera conversación que vas a entablar con tu público objetivo y debe ser sencilla, pero amena, debe estar pensada de manera estratégica de tal forma que esas emociones sigan un camino que termine en una decisión de compra o en una decisión de formar parte de tu comunidad.
El copywriting es la ciencia de la escritura persuasiva, es un vendedor escrito que maquina un discurso para convencer a su cliente de que puede vivir una gran transformación en su vida si decide adquirir tus productos y servicios.
El copywriting es la redacción de textos que tienen como objetivo general conseguir cerrar una venta.
Los elementos básicos del copywriting
El copywriting consta de unos elementos básicos que siempre debes tenerlos presente a la hora de redactar, independientemente de cual sea tu estilo.
Primero: tu mensaje no va dirigido a todo el mundo, debes concretarlo y responder de manera específica y detallada quién es tu cliente ideal, es decir, responder y completar la ficha de tu buyer persona.
Esa es la única manera de movilizar y conectar con tu audiencia.
No es lo mismo decir:
“Planes de entrenamiento para que recuperes tu peso ideal”.
Si en cambio me dirijo a un segmento especifico y digo:
“Planes de entrenamiento para mamás primerizas que buscan recuperar cuanto antes su peso ideal y mejorar su composición corporal”.
El primer mensaje es demasiado generalista, mientras que el segundo me va a permitir enganchar con mayor persuasión a mi público objetivo y eso se va a traducir en que voy a impactar de manera positiva más vidas.
Ya lo dice Claude C. Hopkins, en su libro, “Mi Vida en Publicidad”:
«Mi argumento más duradero se basaba en oponerme a dirigirme a la masa en su conjunto… debemos apelar a los individuos. Debemos tratar a las personas como si estuviésemos vendiéndoles el producto en persona. Centrémonos en sus deseos. Considérelo como una persona que se encuentra delante de usted y que tiene unos deseos muy determinados que quiere cumplir. Independientemente de lo grande que sea el negocio, céntrese en las unidades»…
Focaliza tu mensaje a un segmento específico. No le hables a todo el mundo.
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Segundo: Puntos de dolor.
Los puntos de dolor hacen referencias a ese estado de malestar, esas frustraciones, esos problemas que tú sabes que tiene tu cliente ideal. Por tanto, debes incluirlos en tus textos para empatizar con sus emociones.
Casi que la mayoría de fórmulas de copywriting incluyen los puntos de dolor en su estructura, aparecen como problemas y agitación del problema, como en la formula PASTOR.
El copywriting es un ejercicio de empatía muy exigente. Recuerdas todas las veces en que escuchaste que nos falta ser más empáticos, pues bien, con el copywriting vas a colocarlo en práctica y te darás cuenta que en la vida es fácil triunfar si tus intenciones consisten en ayudar a los demás con tus productos y servicios.
-ojo, no sólo vale con la intención, debes expresarlo con palabras y materializarlo con hechos-
Porque para hacerlo tienes que verdaderamente colocarte en sus zapatos, en su piel y transmitirle que tú comprendes sus necesidades, puedes ayudarle a que supere sus problemas y sea más feliz si decide adquirir tus productos y servicios.
Recuerda siempre tener en cuenta las respuestas a estas preguntas:
¿Qué emociones quiero despertar yo en mis clientes? ¿Qué quiero que sienta mi lector al leerme?
Tercero: tú eres la solución
Una vez consigues empatizar con tu cliente, no puedes dejarlo en ese estadio de preocupación o de cuestiones negativas porque nadie está buscando que le recuerden sus problemas para no contribuir a la solución.
Digamos que los problemas son ese motor que nos hace sentir que necesitamos una solución, pero no cualquiera sino la que tú estás ofreciendo. Además, tu cliente sabe los problemas que tiene –o a veces no-, lo que de pronto desconoce o no puede ver claramente es como solucionarlos.
Así que tienes que ser igual de rigurosos y conocer muy bien tu producto y servicio para que le detalles cómo vas a transformar la vida de tu cliente y le vas a ayudar a superar ese problema en particular con tu oferta o con lo que estas vendiendo.
Cuarto: más beneficios, menos características
Y aquí es necesario plantearte y responderte la pregunta más complicada de todas: ¿y qué?
De hecho, es mi favorita por irreverente.
Imagínate que tu madre va a comprarse un móvil y el vendedor se centra en decir que el móvil tiene Cámara principal de 20 megapixeles y una frontal de 8, autoenfoque, resolución de vídeo de 4k… (sólo características).
Y tu mamá diría en alto ¿y qué?: esto me sirve para tomar fotos que parezcan de revista, que no me salgan corridas y grabar los vídeos de mi nieto con una resolución de película (beneficios).
Claro, tu mamá como cualquier cliente busca llevar ese móvil a su terreno y tener claro cómo ese producto beneficia su vida.
De hecho, ese el significado de la palabra beneficio: Utilidad, algo en lo que tu producto mejora la vida de tu cliente.
Quinto: más específico, más persuasivo
Se concreto a la hora de escribir tus textos.
Si quieres generar mayor impacto y credibilidad olvídate de las generalizaciones, las abstracciones e ideogramas.
Se exacto, directo y preciso. Entre más sencillo sea tu mensaje, a la primera tu cliente ideal sabrá que ofreces y que solución obtiene.
La cuestión radica en que tus palabras le permitan hacerse a tu cliente una imagen nítida y clara en su cabeza sobre lo que estas ofreciendo.
Por ejemplo, si vendes planes para bajar de peso y le dices a tu cliente:
“Tu dieta ideal para que consigas el cuerpo de tus sueños”
Ideal y sueños son términos muy abstractos que impiden que ese cliente se haga una imagen clara en su cabeza de cómo va mejorar su cuerpo y cuál es esa dieta ideal.
Lo que no podemos visualizar con exactitud no genera confianza y no motiva a la compra.
Nuestra mente puede procesar mejor las palabras que transforma rápidamente en imágenes.
Así que, utiliza describe escenas, aporta fechas, números, valores y días exactos.
No es lo mismo decir “aquel día”, o “tengo una gran referencia de clientes”, a decir, “el pasado lunes 29 de junio” o “150 clientes estables hasta ahora son mi carta de presentación”.
Si los resultados con tu servicio se alcanzan en 30 días dilo, si tu formulario de contacto se llena en 3 segundos, también. Todo lo que puedas remplazar por cifras y datos exactos te ayuda a vender más.
Sexto: llamado a la acción
El copywriting se distingue de los demás textos porque busca que el cliente realice una acción concreta.
En el mundo del copy se conoce como llamadas a la acción.
Todo texto que redactes aplicando el copywriting debe tener como objetivo conseguir que el cliente haga una acción determinada. Recuerda que los textos relacionados directamente con tu negocio buscan aumentar tus ventas o hacer crecer tu número de suscriptores.
Esa llamada a la acción debe estar escrita de manera explícita sin adornos o palabras rebuscadas.
Es tan sencillo como decir: haz clic aquí y consigue tu e book.
O colocar en ese botón frases directas, escritas en primera persona: “dime cómo hacerlo”, “me apunto ya” …
Con el copywriting aumentan tus ingresos
Por mi parte jamás pensé que sería posible aumentar las ventas en internet sólo dándole a los textos la importancia que merecen.
No hay un solo día en la cotidianidad de un negocio que no se tenga que pensar en que decir, cómo decirlo, y a quién se lo vamos a decir.
Sin embargo, supongo que cómo escribir es una actividad que en la vida laboral tenemos que hacer a diario, pues lo hacemos en piloto automático, de manera intuitiva y sin pensar en ese texto como lo que es: una oportunidad de cerrar una venta, de estrechar lazos, de generar una emoción y orientar al receptor del mensaje a que realice una acción.
Si te fijas es una cuestión de lógica porque cuando una persona está considerando invertir su dinero en un producto o servicio que necesita, para tomar la decisión final de comprarlo o no, va a leer muy en serio los argumentos y los beneficios que la marca le comunique en sus mensajes de marketing.
Piensa en la última vez que dudaste sobre si invertir 1.000 euros en esa formación de tres meses. ¿ qué fue lo primero que hiciste? Leer y sobre todo si te encontraste con la publicidad en Internet, donde no hay personas en carne y hueso dándote argumentos, sino páginas, vídeos e imágenes y todo lo anterior requiere de textos pensados estratégicamente.
Tienes que transmitir empatía, confianza y autoridad para conseguir cerrar una venta en un medio que no deja der impersonal.
Los textos publicitarios están orientados a convencer, persuadir y guiar al lector hasta la venta. Es una combinación sutil entre vender y cautivar, o lo que es lo mismo, es vender sin parecer que estas vendiendo.
Cuando vas a un almacén de ropa y ves la blusa que te gusta, tú la tocas para sentir la calidad de la tela, te la pruebas, haces preguntas sobre si te quedaría bien con tacones o aquel jean, incluso hasta yo suelo preguntar si me queda bien para una ocasión formal o informal.
Pues bien, en una tienda virtual o e-commerce un cliente debe poder responder a esas mismas inquietudes en la ficha de producto o en la página web en general. Lo que va influir en esa persona para que decida o no comprarla.
Esa decisión también dependerá de los titulares, de las descripciones, beneficios, ventajas, de los testimonios, del vídeo, del anuncio… todo requiere de textos persuasivos.
Y es que la reputación de una marca se construye a partir de lo que se lee, se dice, se ve y se oye sobre esta.